viernes, 19 de febrero de 2016

Una encuentro irrepetible - por Juan Linarello


Cuando a principios del 2015 uno se enteró que la escuela primaria N° 7 de Boulogne, "Marcelino Ugarte" (Dean Funes y Gorriti), de inmediato era inevitable pensar en que la historia no podía quedar fuera. Una historia que sería absolutamente rica en experiencias. Poder dar a conocer ex alumnos de la escuela, que hayan pasado principalmente por la mitad del siglo XX, en un mundo totalmente distinto, en un Boulogne muy diferente.

El primer vecino convocado fue Lucio Angeleri. Aquí nació todo. Fue Lucio quien en agosto 2014 se prestó muy amablemente para hacer una nota sobre la historia de Boulogne, en el marco del 50 aniversario de la ciudad. Y fue en su casa donde, para charlar sobre la escuela, nos reunimos junto a dos ex compañeros suyos. Hablamos de Jorge "Coco" Durand y Federico Casanova.

Elegimos un sábado por la mañana para charlar, tomar unos mates, discutir sobre el pasado y el presente.

El momento del encuentro fue una imagen irrepetible. Entendamos que los 3 son ex alumnos, que pasaron allá por la década del 1930 y en este 2015 se juntaron nuevamente. El abrazo que hubo de recibimiento al verse, no fue un simple abrazo como el que hacemos cualquiera de nosotros todos los días con un amigo o familiar. Mismo las sonrisas de sus caras. Fue una postal hermosa.

Federico comenzó en el año 1933 hasta 1939. Es un año más grande que Coco y Lucio, que fueron juntos y tienen 87 años ambos. Federico recordaba que cuando arrancó la primaria, solo había dos cursos (1er y 2do año). Alicia estaba en primero y La Pochona en segundo. Luego agregaron tercero y cuarto año.

El objetivo de la reunión era claro. Poder traer en memoria (y les sobra a los 3) la historia de la primaria y las vivencias de la época en nuestro querido Boulogne. El primer tema caía de maduro. Fueron los recuerdos sobre las maestras que tuvieron. Lucio recordaba a la Maestra Cippioni, Alicia Vega Molina, a Parodi. También lo dificultoso de comer en la escuela, por la presencia de calles de barro que habia: "Venía un camioncito y traía hoyas. Las dejaba sobre Ader que era asfalto y traerlas a la escuela, hasta Thames y Dean Funes donde estaba la escuela"

Consultados por la situación de la educación actual y las diferencias que vivieron ellos respondían con grandes definiciones. Federico argumentaba que había más educación cívica, que antes se conocía más que hacia un diputado o un senador por ejemplo.

También que antes había mucho más conocimiento geográfico del mundo y se practicaba más lectura. Lucio por su parte recordaba cómo les enseñaban a contar los números, a escribir y completar un cuaderno de caligrafía.

Otro punto de crítica fue por un lado el respeto hacia el otro. "La educación ha caído mucho en cuanto al respeto hacia el otro. Antes las maestras por ejemplo nos enseñaban a respetar a los más viejos, a ayudarlos a cruzar las calles. Hoy caminas y te pasan por encima autos, colectivos. Antes llegábamos a casa con una mala nota y nuestros padres no se la agarraban con la maestra." Contaba Federico. "Coco" por su parte fue más directo señalando que los pibes hoy salen sin saber plantar una planta de perejil.

Otro tema importante que charlamos fue hacer un poco de memoria y realizar una reconstrucción de aquella primera escuela, ubicada en Dean Funes y Thames, donde los 3 cursaron.

Federico contaba que el patio era chiquito, que la escuela era un ángulo. Era una "L" con el patio en el medio y que había una bomba de agua. "Coco" agrega diciendo: "La escuela era como una pieza grande y alta. Había una ventana con rejas de fierro. Los bancos era de a dos. Había tinteros para escribir: Doña Pilar siempre limpiaba toda la escuela. Su hijo Jaime también era un compañero que después fue peluquero. Si las paredes de aquella escuela hablaran nos putearían de los pelotazos que le dimos."

Así se fue desenvolviendo la charla, entre risas, anécdotas, chistes. Lucio y Federico a la vez no olvidaban las horas que pasaban en los terrenos cerca de la escuela jugando a la pelota, junto a compañeros como Morales, Mario Rodríguez, Los "hermanos Vaqueros". Éramos 30 pibes todos los días que salíamos de la escuela y nos íbamos a jugar a los baldíos finalizaba Coco.

Juan Linarello


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